Los empresarios ante la batalla cultural

Daniel Vivanco

“Los diversos acontecimientos que han ocurrido en nuestro país y en el mundo desde octubre del 2019, han generado una turbulencia larga y pesada, difícil de manejar en lo personal, familiar y laboral, con consecuencias que aún estamos descubriendo, entendiendo y aprendiendo a gestionar”.

Así se lee en la convocatoria al evento más importante de la empresa que tiene lugar cada año, como es la ENADE, y que tendrá lugar mañana. El encuentro, bajo su lema Contra Inmobilis (“Contra el inmovilismo”), pondrá el foco en restaurar la seguridad y en retomar la senda del crecimiento.

“Hoy predomina una narrativa ideológica en que las grandes empresas y sus controladores son caricaturizados como explotadores de recursos naturales, pero eso no parece permear en foros empresariales como la ENADE”.

Los debates y promesas que se den durante la ENADE sin duda serán determinantes para los intereses de la gran industria y el futuro próximo del país, pero temo que lo que le falta a esta cita es la llamada “batalla cultural”. La cultura y las artes -ese campo de la disputa ideológica donde se atacan y defienden también conceptos como el crecimiento y la seguridad- rara vez tienen espacio en estos eventos y el empresariado, en general, parece más bien reacio a entrar a esa arena.

Aun así, sería injusto decir que no se ha avanzado nada en este ámbito. De hecho, un probable próximo gobierno de centroderecha se explica en parte por algunas acciones en este sentido.

Un claro ejemplo de esta discusión es que la misma semana en que tendrá lugar la ENADE se estrena la última entrega de la trilogía “Sayén”. Una producción hollywoodense, de artistas nacionales, en que las grandes empresas y sus controladores son caricaturizados como grandes explotadores de recursos naturales como los bosques del sur, los minerales del norte y el agua.

Nada de esto pareciera permear en los foros empresariales. La narrativa ideológica no se construye sólo con eventos. A la mente y reflexión de las personas se llega con historias, de personajes de carne y hueso. Ha sido así desde el tiempo de las cavernas. Una historia como esa es la de Carlo Siri, dueño de la Antigua Fuente que fue azotada por la violencia en la llamada “zona cero” durante el estallido, y quien hasta hoy sigue trabajando en un barrio devastado por la delincuencia. Él es el vivo ejemplo de esa “turbulencia larga y pesada” que menciona la ENADE, con la que tantos han debido subsistir.

La película “La Fuente”, que se inspira en lo acontecido a Carlo Siri, es un proyecto cinematográfico protagonizado por Luis Gnecco que pretende retratar cómo un empresario, en medio de un estallido social y personal, sigue dando la pelea. El arte crea narrativa y ayuda a encauzar la experiencia de frustración cotidiana dándonos un marco de sentido, un ejemplo de bien al cual seguir en medio de las angustiantes adversidades. Estas son batallas de largo aliento, son proyectos de largo plazo, que suelen quedar marginados cuando los problemas son acuciantes.

La historia detrás de la película “La Fuente” es una más dentro de muchas otras ejemplares que dejamos de contar cuando lo pragmático eclipsa a lo trascendente. Proyectos como “Sayén” se desarrollan ágilmente y encuentran espacios amplios de difusión. Proyectos como “La Fuente” navegan frente a completa incertidumbre y desidia, y buscan salir adelante frente a un completo inmovilismo. Esperamos que esta reflexión aporte a los debates que vienen a propósito de la ENADE y más allá.